FOTO: FACEBOOK OFICIAL DE STONE TEMPLE PILOTS
Con nuevo cantante, la banda se muestra sólida al haber lanzado su nuevo álbum homónimo el 16 de marzo de éste año mediante toda plataforma digital.
Stone Temple Pilots, tras haber lanzado dos simples a lo largo de la segunda mitad del 2017, adelantando lo que sería el nuevo disco, presenta a su flamante cantante Jeff Gutt quien desarrolla una técnica vocal similar-pero-no-por-eso-imitación a la perteneciente al fallecido Scott Weiland, el primero en la formación.
Declaraciones de Gutt sugieren que no quiere reemplazar el estilo del primer cantante, refiriéndose al uso del megáfono que siempre caracterizó a éste último. Paradójicamente, al recibir la llamada para unirse a la banda, uno de éstos artefactos se encontraba próximo a él.
En el caso de los hermanos DeLeo y Eric Kretz , que lejos están de oxidarse, demuestran desde el comienzo de éste álbum, con Middle Of Nowhere, que a pesar de que los años no vienen solos, saben conservarse en el camino andado.
Existe un aura, un velo que recubre ésta canción junto con la segunda y tercera pista Meadow, el primer simple adelantado el año pasado. En éste grupo también pueden asociarse Six Eight y Roll Me Under en el que se distingue ciertas especias de la cocina de Velvet Revolver y porqué no Aerosmith, o en el jean negro gastado industrialmente que usan en sus camperas. También paradójico. La distinta es la cuarta pista, Just A Little Lie, que con un riff de guitarra enigmático, forma un clima onírico fundacional desde donde la canción parte hacia lo más psicodélico de la banda.
En otra perspectiva se encuentran canciones como Thought She’d Be Mine y The Art Of Letting Go que apuntan hacia la canción-balada-melanco-radial. En ellas resaltan los arreglos instrumentales de guitarra y bajo (crédito a los hermano macana). Además, la dulzura de la voz de Gutt, abriendo el abanico de su registro y tesitura vocal, demuestra la razón por la cual ha sido elegido como nuevo miembro para ocupar semejante calzado.
Por otro lado, temas menos significativos, como Never Enought y Good Shoes sean, tal vez, hacia la carrera y bolsón de canciones de los STP cierto tipo de honesto homenaje, no adaptándose a lo fresco que suenan el resto de las pistas. Sin embargo, la epicidad que siempre caracterizó a la banda de San Diego, da pinceladas en Finnest Hour y Reds and Blues siendo el fiel reflejo de años de carrera a sabiendas que el escucha necesita una despedida. Y bien sabemos, las mejores despedidas llevan en su banda sonora cualquier cierre de álbum de Stone Temple Pilots. Eso o que quien se despide de la banda (como sus ex dos cantantes) sufren un final trágico.
De paradójico a mitológico.