Dale que sos Rock estuvo presente en Luna Park y cubrió mediante crónica y fotografía una velada inigualable.

NOTA: WALLY LEGUIZAMÓN CAJAL

FOTO: LEO COCA

Qué importa si es un jueves que no es pre feriado, el Cuarteto de Nos organiza un show para ese día que coincide con el nombre de su último disco y lo realiza con un auditorio bastante concurrido.

Pasaron dos años de su último Luna Park, pero parece que el tiempo ni la pandemia detuvieron el cariño que el público argentino le tiene a esta banda uruguaya. 

Además fue tan especial el show que recordaron los 15 años de Raro, uno de los discos más icónicos de Roberto y sus amigos. Una placa que ayudó a muchos a sentirse bien con ellos mismos por no ser iguales a los demás.

Una tremenda emoción resultó ver tanta identificación con un grupo musical, tanta fiesta, desahogo y felicidad en casi dos horas potenciaron la descarga de adrenalina de una lista de 23 temas, entre los cuales se destacó el estreno en vivo de Fiesta En Lo Del Dr. Hermes, el último single que fue dado a conocer hace poco.

El concierto comenzó bien arriba con Punta Cana, El Hijo de Hernández, Ya no sé qué hacer conmigo, Lo malo de ser bueno, Hoy estoy raro. Canciones que prácticamente no dieron respiro.

En su primera intervención no cantada, Musso le habló a los fans: “Los extrañamos mucho, hace tanto tiempo que no tocábamos acá y ahora lo hacemos un jueves, que se dio de casualidad ya que se llama así nuestro último disco”.

“Además aprovechamos la ocasión de celebrar los 15 años de Raro, en un año muchísimo más raro que el año que lo hicimos”, bromeó como para darle paso a Santiago Tavella con su inconfundibles interpretaciones.

En la mitad de la lista, apareció Fiesta En Lo del Dr. Hermes, letra que va rumbo a convertirse en otro de los tantos clásicos del grupo dado que fue cantado por todos en el Palacio de los Deportes.

Lo acompañó un video que se proyectó en la pantalla con personas agolpándose frente a un vidrio de blindex. Y acá nos vamos a detener porque las visuales del Cuarteto estuvieron espectaculares, diseñadas especialmente para cada simple tocado. A veces las intercalaban con las imágenes de las cámaras que filmaban en el escenario.

Otro detalle importante fue la complicidad con las que se manejan en el escenario. El sentido de hermandad entre sus integrantes fue transparente, sincero y ameno. La amistad continuó su camino clave.

Ejemplo de esto fue Alvin, interpretado Alvin que contó las “penurias” de ser baterista, mientras sus compañeros lo acompañaban con guitarras y también con risas. No es para menos, fue un momento risueño.

Me Amo, Inviernos de 92, Llegó Papá y Yendo a la casa de Damián cerraron una noche inolvidable. Una noche de reencuentro que seguramente se volverá a repetir. El Cuarteto y su público argentino son un solo corazón.