Siguen las repercusiones de este encuentro cultural y acá nos encargamos de realizar un balance interesante.
NOTA: BEL MARTI
FOTO: MAXI AYALA
Como en cada verano, desde hace seis años, se llevó a cabo la última edición de Rock en Baradero con un saldo a favor. Convocó tanto a bandas como a artistas solistas y se estableció como un punto de encuentro de referencia para los que buscan una variada oferta musical durante las vacaciones.
Desde hace un tiempo hasta acá, el llamado festival de rock, dejó de ser exclusivamente para ese mismo género y comenzó a expandirse a otros horizontes, incluyendo así no sólo a diferentes artistas, sino a un público en general que sabe aprovechar y disfrutar al máximo este tipo de encuentros.
Un total 73 bandas y más de 40 horas de música hicieron de esos tres días, un encuentro alucinante. El público se dividió entre los que decidieron ver a todas las bandas de la grilla, y los que se fueron sumando poco antes de que comenzara el artista al que habían ido a ver. De esta manera, se renovaba constantemente.
Las grillas que estuvieron conformadas por artistas que debutaron por primera vez en este festival como Ojos Locos, Femigansta, Los Bronson, y, también, por aquellos que ya son un clásico como Kapanga, De la gran Piñata o Las Pelotas, entre otras.
La “ceremonia” del verano comenzó su retirada con un gran dia caluroso y soleado. Quienes se encargaron de dar comienzo fue Insobrio, seguido de Lxs Familia, Rivales, La Movida, Gauchito Club, Sol Alac, Andando Descalzo, La Whillingston y Todo aparenta normal
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Ya cayendo la tarde y siguiendo el ritmo ininterrumpido fue el turno de Bestia Bebé, Mamita Peyote, Militantes del Climax, Acru, Mustafunk, y Kchiporros de Paraguay.
Banderas de todas partes del país le dieron ese toque especial a la última noche de festival, que de la mano de Massacre, Cadena Perpetua, Árbol, Dancing Mood, Eruca Sativa y Kapanga, deleitó a los presentes.
Pero el cierre de este año fue muy diferente a los anteriores ya que contó con un fuerte condimento internacional. Una de las bandas más importantes del mundo, la española Ska-P regresó al país. Tocó durante más de una hora y media y dejó a todos con ganas de que la ceremonia durara un día más.
El encuentro llegó a su fin, y 72 horas de música me hicieron reflexionar sobre la importancia de la existencia de este tipo festivales, donde se hace latente el apoyo a los artistas que recién empiezan a transitar este camino, dándoles un lugar para compartir su arte, como también a aquellos que llevan años curtiendo este sendero.
Rock en Baradero es el encuentro donde el respeto entre los artistas al compartir los escenarios, también se ve reflejado en su público debajo de ellos, disfrutando de un pogo, un aplauso y hasta una sonrisa conjunta.