Por Agus Erquiaga

Con su álbum debut, denominado Kremlin, el artista mostró su historia de vida plasmada en canciones. Además, anticipó que ya piensa en un segundo disco.

Llegar un día a tu casa, cansado de las corridas de la vida, y encontrar un álbum que te relaje y conecte con millones de sentimientos es algo que pasa solo una vez. Con una mezcla de folk, canción melódica y rock-pop, Franco Pugliese logró conectar canciones de su infancia y juventud para regalarnos su álbum debut Kremlin

Un poco de sol fue escrita con catorce años, Femme Fatal le permitió sacar todo lo que guardaba de una relación desastrosa, y el mismo Kremlin es un tema que se escribio a sí mismo hace un tiempo atrás. Su álbum se convirtió en un viaje hacia su propia historia, la cual se hace sentir en su obra de arte. 

“Es un momento que si bien uno se lo imagina en la cabeza durante mucho tiempo sigue siendo un flash, porque la verdad es que la cantidad de cariño que estoy recibiendo y que recibe el álbum es enorme”, comentó Franco, refiriéndose al estreno de Kremlin.

¿Por qué decidiste que fue un buen momento para sacar tu álbum debut?

Yo tenía algunas canciones hechas desde muy chico. Estaban dando vueltas en el haber y veía muchos proyectos musicales tan lindos a mi alrededor, entonces me empecé a plantear la idea de hacer algo. Vi que Tomás Amante estaba haciendo encuentros de producción, así que le escribí. Justo coincidió con el viaje a España, donde pude cantar en muchísimos Open Mic y conocí artistas de otras partes del mundo. Se dieron muchos procesos juntos que me hicieron plantear la idea. El disco era de cinco canciones, y cuando volví de España me surgió componer Femme Fatal, y me ayudó a cerrar conceptualmente todo lo que es Kremlin. 

Varias canciones tienen significados muy importantes para vos, ¿de qué se tratan?

Femme Fatal surgió de una relación que duró poquito, pero que a mí me marcó mucho y donde quedé muy golpeado. Sabía que en algún momento iba a necesitar sacar todo lo que había acá adentro, de alguna forma artística. Logré hacer un cuento que tiene que ver con eso. Pero cuando volví del viaje, agarré la guitarra y empezó a salir. Se convirtió en un antes y un después, y como tenía que ver con el concepto del disco, desamor, reconstrucción, soledad, y todo eso, fue el cierre perfecto. Playa vacía está escrita a una ex pareja. Kremlin me la escribí a mí mismo. Y después las otras canciones abarcan experiencias, pero no son sobre una en específico o sobre una persona puntual.

“Kremlin” remite a las murallas en las que se resguardaban las antiguas ciudades rusas. ¿Te interesa la historia o cómo surgió la idea de ese término?

La canción la escribí hace unos cuantos años y se ve que en su momento estaba con eso en la cabeza. Sabía que Kremlin no era solamente el palacio que todos conocemos, sino que tenía un significado que es este del que hablamos. Pero la verdad es que no sé por qué en ese momento yo estaba pensando en eso. No me animaría a decir que soy un fan de la historia, porque me obligaron en el colegio y la facultad a estudiarla. Pero fue la analogía que surgió.-

Los géneros que trataste fueron el folk, la canción melódica y el rock-pop. ¿Hay alguna otra cosa que consideres que sea tu firma?

La honestidad. No sé si es porque me llamo Franco, pero soy bastante directo, transparente. Eso me trae muchas cosas buenas pero también muy malas. A veces termino diciéndole a las personas cosas que a ellos no les gusta escuchar. Igual me parece importante tratar de tener la menor cantidad de pelos en la lengua posible, y esa puede ser una firma. También intento hablar de lo que a uno le pasa. En el caso del álbum, se me dieron muchas desilusiones amorosas, y varios procesos de caída y reconstrucción; y eso fue una firma, por lo menos en Kremlin. Con el tema de los géneros musicales, no los elegí, fue el sonido que me surgió. Pero sé que va a ir mutando de acuerdo a lo que vaya sintiendo en el momento. El desafío más importante que puede haber para un artista es poder ir innovando el sonido sin cambiar la esencia de lo que son y del mensaje que transmiten. Espero que yo pueda superar eso.

¿Tenés algún objetivo a corto plazo?

Me gustaría que pase todo este contexto mundial, porque le está pegando muy mal y es muy triste ver la industria musical. El lado luminoso de todo esto es ver cómo sigue saliendo música, un montón de artistas y bandas que están pudiendo seguir sacando música. Kremlin se grabó en su mayoría a distancia. Otro objetivo, más personal, es que me gustaría poder armar la banda para tocar en vivo. Y también tengo un segundo disco en la cabeza; el año pasado, sobretodo en cuarentena, me surgieron nueve temas nuevos que son mucho más variados a nivel sonido que lo que fue Kremlin: más rockeros, hay en inglés, más cumbia, reggaetón, otro con una afinación de la guitarra que es distinta a la estándar… Me permití experimentar bastante. Y estoy con ganas de empezar a trabajar con esos temas y que en algún momento ese segundo disco vea la luz. 

¿Hay un estimativo de fecha para el segundo disco o por lo menos algunas canciones?

-Si me acompaña el contexto y mi propia economía, me gustaría empezar a trabajar en la segunda mitad del año. Pero todavía no está nada seguro. Todo el equipo que trabajó en Kremlin es gente que admiro muchísimo desde lo humano y lo profesional; entonces volvería a trabajar con cada uno de ellos una y mil veces más. Pero también la música te da la oportunidad de renovar y de trabajar con gente que no trabajaste antes, así que tengo que ver bien eso. Y también tengo que ver si las propias canciones me van pidiendo cuando quieren salir.

¿Cuáles son tus prioridades dentro de la industria musical?

Lo más importante, para mi, es poder llegar a la mayor cantidad de gente posible con mi música, no solamente desde lo digital, si bien entiendo el contexto en el que estamos y muchas veces es difícil ver un futuro distinto. Quiero tener la oportunidad de tocar en algún festival grande o algo por el estilo, y poder seguir compartiendo espacio con otros artistas que están en la misma. O sea, seguir creciendo tanto a nivel llegada como a nivel de vínculos dentro de la música; la verdad que la música no solo nos genera sensaciones hermosas, sino que también nos da la posibilidad de compartirla con otras personas. Así que por ahora me gustaría tener llegada y fortalecer los vínculos, que es una parte muy importante dentro de los proyectos

-¿Por qué crees eso?

Porque, en el caso de Kremlin, fue una gran inspiración estar con tantos amigos, amigas y conocidos que se dedican full time a la música. Yo estoy intentando manejar mi proyecto de una forma muy profesional; y para eso también las personas que me acompañan son muy profesionales, además de que les tengo un afecto enorme. También, empecé en la banda de covers Inclinados con mis amigos del secundario, y eso me dejó enseñanzas de cómo tocar en vivo: ya de por sí es algo muy lindo, si lo haces con amigos y amigas es todavía mejor. En España, más allá de haber podido llevar mi música, que fue un re flash, la otra parte linda fue haber podido conocer a un montón de artistas, tanto argentinos como españoles, que la verdad que son talentosisimos y me enriquecí con la música de ellos. Y más allá de esos vínculos, también están los que me escuchan. Mi familia siempre está ahí, al pie del cañón, y mis amigos y amigas de toda la vida también siguen estando. Pero va más allá de la cantidad de años que uno comparte con una persona, porque a veces puede ser gente que conociste hace unos meses pero que fueron súper intensos y que pegaste una amistad. Esos vínculos siempre estuvieron muy presentes y me acompañaron en todo momento.