El metal, el pogo y varias generaciones de personas estuvieron presentes en la actuación de este grandioso grupo sueco.

NOTA: SEBASTIÁN CEBALLOS

FOTOS: LEO COCA

En la noche del martes desembarcó la mítica banda, Amon Amarth, en Teatro Flores de Capital Federal, para brindar un show que dejó más que claro que, aunque pasen los años y suene irónico, el Death Metal sigue más vivo que nunca.

La noche empezó con uno de sus clásicos, “The Pursuit of Vikings”, que dio comienzo al ritual de la euforia con un sonido bastante ordenado, dónde se pudo apreciar cada instrumento, mientras el público se ponía totalmente en modo “pogo”.

En el recital se observó a los padres con sus hijos en platea disfrutando juntos; otros con ropa de oficina totalmente desatadas, ya que al ser un martes no quedó otra que ir del trabajo al recital sin escalas y tampoco era sorpresa encontrarse con muletas y hasta yesos. Eso es lo que logra el poder de los Vikingos.

Después de empezar con el plato fuerte, le siguió “Deceiver” y la voz de Johan Hegg cubrió cada rincón del teatro. Las guitarras de Olavi Mikkonen y Johan Söderberg con esa distorsión característica del género llenaron de música.


Luego, ya con una introducción eficaz, le dio pie al bajo de Ted para “First Kill”, y con la potencia de Jocke, el baterísta, que con cada golpe de bombo simulaba una patada en el pecho, lograron una sensación única que a todo metalero nos gusta sentir. Eso nos dio indicios de que el show iba a ser demoledor.

Interpretaron canciones de su último disco como Fafner`s Gold y Crack The Sky, entre otros, y entre tema y tema, Hegg interactuaba con el público argento y éste respondía siempre con el “ole ole ole”. El show duró hora y media, y fue eficazmente puntual en conceptos de horarios.

La noche transcurrió entre clásicos que aún siguen intactos y un Flores que explotó cuando sonó “Victorious Mach”, dónde, al ritmo característico del tema, todos saltaban, dejando vasos de cerveza vacíos por tanta euforia.

Amon Amarth brindo un show lleno del buen metal que no decepcionó a su publico, y con una fusión de clásicos y del nuevo repertorio, dejaron una gran performance sobre el escenario y hacia su gente.

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