Al ver que los ingresos disminuyeron para muchos, los integrantes de Malicious Culebra decidieron adquirir cada semana productos de primera necesidad y entregárselos a los más necesitados.

La unión entre el arte y la solidaridad tiene una nueva demostración en el marco de la cuarentena establecida por la pandemia de coronavirus, ya que músicos de Berazategui decidieron comprar, con dinero de sus propios bolsillos, alimentos para donar a familias de bajos recursos. E invitan a la comunidad a que se sume a esta iniciativa.

Se trata de los integrantes de la banda Malicious Culebra que, hace tres semanas, comenzaron a preguntarse cómo podían ayudar a las personas que sufrieron una importante merma de sus ingresos.

Al respecto, Víctor Petix, guitarrista del grupo, comentó, que “en los barrios la situación económica se comenzó a complicar y nosotros nos empezamos a preguntar cómo podríamos ayudar”. Y fue así que nació la idea de que cada músico realice una compra semanalmente de alimentos.

Para brindar precisiones, detalló que buscan “arroz, polenta, fideos, galletitas, leche, sobre todo; y también buscamos golosinas para los más chicos”.

La primera entrega fue realizada a una madre de familia, que trabajaba en un geriátrico y que la banda se enteró de que estaba atravesando un contexto muy complicado. “Estaba muy contenta, nos agradeció mucho a través de las redes sociales. Ella no tenía dinero suficiente para comprarle comida a sus hijos”, añadió.

Vías de comunicación

Y son las redes sociales las principales vías de comunicación para aquellas personas que necesiten comida y así lo hace saber Víctor: “Las vecinos que necesiten una mano nos pueden escribir. Por ejemplo, a nuestra cuenta de Facebook, que es Malicious Culebra. O me pueden escribir un mensaje de WhatsApp que es 11-6400-0463”. También, pueden hacer lo mismo los vecinos que quieran comprar los alimentos.

Finalmente, resaltó los principios de solidaridad de la banda al mencionar que “nuestras canciones hablan de temas como la igualdad de género, los derechos humanos y sobre la pobreza. Lo que cantamos es lo que somos”.

FUENTE: EL QUILMEÑO