La rompió en San Justo el sábado pasado y ahora se prepara para su concierto en Club Tucumán el 6 de abril. (PH: Carla Ruffolo)

 

Con la interpretación de temas clásicos y de otros que no lo son tanto, Pier envolvió con su mística popular al Teatro Woodstock de San Justo el último sábado. La banda de los hermanos Ramiro y Agustín Cerezo brindó un show absolutamente interesante que dejó, como siempre, alucinado a su público.

Dale Pier, Dale Pier, hoy te vinimos a ver, alucinados, como la primera vez” es el himno que interpretaron los fans mientras esperaban a que el grupo comenzara a sonar. La cerveza, el humo, las banderas y las remeras con el logo adornaron la postal de un recital con olor a pueblo.

Gritos y aplausos actuaron como la cortina de presentación del concierto. Ya estaban los integrantes en el escenario y tocaron Jaque Mete. Todos los asistentes empezaron a absorber el calor y bailaron al ritmo de la canción, todos brindaron su corazón.

La actuación en Teatro Woodstock del sábado fue la primera en el año en el conurbano bonaerense, región donde hicieron hincapié desde el comienzo de su carrera. Allí está su fuerte y se notó con creces. En una de sus intervenciones entre canciones, Ramiro nombró las inscripciones de las banderas. Casi la totalidad de ellas remitían distintas localidades bonaerenses.

San Justo, Morón, Merlo, Moreno eran tan sólo algunos de los trapos que el cantante leyó sobre las tablas. Esto volvió transparente la esencia de la banda, su afán por la mística popular. Cada acorde que sonó y cada letra que se interpretó interpelaba a esas historias de barrio.

La noche fue una verdadera fiesta que, si bien sólo tenía permitido el ingreso para personas de mayores de 18 años, jóvenes de ésta edad acompañaron a sus padres y hermanos para soñar, delirar, olvidar y empaparse de buenos rocanroles que forman parte de la banda de sonido de sus vidas.

El concierto fue electrizante por donde se lo mire. El sonido estuvo muy bien y en la atmósfera sólo se respiró diversión. En los rostros de los músicos se reflejaron la sonrisa de sus fans, que coreaban las canciones de una lista extensa, pero verdaderamente liviana. Acá también lo bueno pasó rápido.

Temas que marcaron épocas

Beso amargo fue el tema que más hizo saltar a los fans. Su ritmo, letra e interpretación formaron parte de una poción mágica, prácticamente eterna que fue celebrada con una birra bien fresca.

Otra canción que, sin dudas, está entre las mejores cinco de Pier es la Ilusión que me condena, que sirvió de inspiración a las hinchadas de fútbol a la hora de crear sus cánticos. Se sintieron llegar las emociones de los fans mientras Ramiro cantaba y dialogaba con ellos mediante sus miradas y movimientos.

Para cerrar, ya entrada a la madruga del domingo, el grupo tocó  El narigón del barranco y Sacrificio y rock and roll.

Sin dudas, Pier dejó en claro lo que dijo Ramiro en la semana en una entrevista otorgada a un matutino porteño, no tiene fecha de vencimiento, Pier continúa llegándole a la gente y eso no cambiará jamás.

ACÁ EL ÁLBUM COMPLETO: PIER EN WOODSTOCK