El ex Chiquititas se encuentra lanzando su nuevo corte de difusión llamado Vivo y se prepara para una nueva gira por América Latina.
Sebastián Francini y La Vanguardia es un proyecto que trasciende lo musical debido a que su primera finalidad es la solidaridad con aquellas personas que no tienen los recursos necesarios para subsistir. Desde Villa Celina, La Matanza, el grupo que encabeza el actor y cantante que integró el staff de Chiquititas también trasciende fronteras y lleva su gira Vivo Tour 2018 a Uruguay en abril.
Francini dialogó en exclusiva con este medio para hablar sobre esta faceta de su vida artística, que no es la única ya que se encuentra analizando varios proyectos televisivos y está a punto de comenzar una nueva temporada de Beatnik, la obra teatral que se estrenó en Teatro Maipo con la dirección de Osvaldo Laport en el 2016.
Sobre su banda, manifestó estar “muy contento por lo que estamos haciendo musicalmente, siento que hemos crecido mucho y ahora nos encontramos a punto de emprender una nueva gira por diferentes países de América Latina, que lleva el nombre de Vivo 2018. Nuestro puntapié inicial será en Uruguay”.
Como bien se mencionó arriba, este grupo trasciende lo musical ya que su finalidad es netamente solidaria. Al respecto, puntualizó que “las regalías que nos deja cada corte de difusión que lanzamos, las destinamos a entidades de bien benéfico, lo mismo hacemos con la plata que se recauda del merchandising”.
Consultado por el por qué de esta decisión, contestó que “yo, por suerte, tengo otros proyectos que me ayudan a vivir, a tener lo justo y lo necesario, pero también sé que existen personas que no tienen ni siquiera para comer y un artista no se debe mantener ajeno a esa realidad, un artista también puede ayudar a los que menos tienen”.
Las canciones de Sebastián logran combinar las temáticas sociales con lo romántico. Todas ellas dejan un mensaje de que se puede salir de los problemas usando al amor como única arma. “En mis temas siempre trato de dejar en claro un mensaje positivo, de que siempre hay una salida a los problemas. Así lo pueden apreciar en Esperando el momento o en Vivo”, recalcó.
Posteriormente, destacó que es fundamental en su vida el barrio, Villa Celina, lugar donde sus antepasados se instalaron y donde él vive en la actualidad junto a su abuelo Teodoro Rusin. En este sentido, subrayó que “mis abuelos vivieron casi toda su vida en Celina y son re conocidos en el barrio, los conocen todos los vecinos y acá te puedo decir que no soy “el de Chiquititas sino el nieto de” y eso me da mucha satisfacción”.
También recordó que cuando se alejó de las cámaras y de las salas de teatro, se dedicó a trabajar en la ferretería de sus abuelos: “Fueron cuatro años en los que me mantuve alejado de la escena pública y en los que trabajé en la ferretería. No reniego para nada haber hecho eso, porque me ayudó no sólo a sobrevivir, sino que también a formarme como artista al estudiar canto, música, entre otras cosas artísticas”.
Finalmente, recalcó que no reniega de su pasado, donde actúo en tiras juveniles como Chiquititas o en películas como Un papá Genial como Guillermo Francella. “Al principio me molestaba que sólo me recuerden por mi actuación de Chiquititas, pero con el pasar de los años me di cuenta de que sin eso no hubiese podido llegar hasta donde estoy ahora”, cerró.