El grupo de Pilar encabezado por Tute Magnasco realizó el primer concierto del año en esta interesante sala de Palermo junto al trío cuyo cantante es Marco Siracusano. (FOTOS: NANU LEIZA)

Los hacedores de rock adolescente Signos, a la conquista de cada vez más audiencia, realizaron un show junto al trío alternativo Noúmeno en Beatflow del barrio de Palermo.

Lo importante de una banda en proceso de ampliar sus horizontes, musicales y comerciales, es siempre generar contenido. Crear un mensaje que despierte la pasión en la juventud, que adolece y se comunica con mayor fluidez, sobretodo de red en red virtual, provocando la renovación constante del público.

De ésta manera, la audiencia que recibió a Signos, agotando casi la totalidad del espacio físico en Beatflow, se concentraba en la franja etaria de entre los 18 y 25 años. La banda abrió el escenario con total confianza performática. Todos los integrantes vistieron remeras y musculosas oscuras salvo el cantante, Tute Magnasco, quien portó una musculosa blanca y amplia, bien aplicada ya que la temperatura aumentó exponencialmente canción a canción.

Viuda negra y Alivia mi sed fueron los encargados de presentar el estilo de la banda, que podría situarse entre el hard rock 90s y la pseudo balada con dinámicas crecientes, presentes en Ciegos y La última canción.

El cuarteto de pilar combina la potencia de la batería de Rodrigo Torres Pinelli, las guitarras eléctricas de la mano del ya mencionado Tute y Nicholas Panico, y la sensibilidad propiciada por teclados ejecutados por el bajista Matias Iannone.

El show fue condimentado con reversiones de canciones provenientes del consumo masivo, como el sorpresivo Rolling in the deep de Adele; Yellow, el hitazo de finales de los 90s de la banda británica Coldplay; un miti-y-miti Carismático/Yegua de Babasónicos y, el esperado por todos, Paradise City de Guns and Roses. Además, tocaron una joyita: Bella Ciao, actualmente avivado por la banda sonora de la serie La casa de Papel, lo que dió a entender lo aggiornado que se encuentra el cuarteto para generar empatía con la audiencia.

Al final de su show Signos nos regaló una canción nueva titulada 2do Round, perteneciente a su futuro álbum de larga duración. Al acercarse el saludo final, el vitoreo de la “Familia Signos”, como denominaron a su público, logró que tocaran una más concluyendo con Hoy.

Tras una pausa y el rearmado del escenario, se presentó Noúmeno, un trío de aparente rock clásico —bajo, batería, guitarra y voz—, incluso en los modelos de instrumentos que utilizaron —rickembaker, colombo y sg gibson— pero contrapuesto en las comodidades de re-armonizar  sus tres voces demostrando lo que los distingue como alternativos.

El cálido timbre-de-voz-líder de Marco Siracusano condujo a la claridad de las letras, muchas de ellas resueltas a coros múltiples con Sebastián Eugui, bajista y Agustín Ramos, baterista. De ésta manera, el mensaje que se quiere transmitir se tornó colectivo.

El grupo demostró una madurez compositiva y sonora que desarrolló desde el inicio de su show con canciones como Mírenlo, Los secretos del universo y el hit indiscutible De Nuevo, que hizo manifiesta la importancia de un estribillo coral y minimalista de onomatopeyas para agitar el panal, o el esqueleto, siendo que se tratan de canciones aptas-para-el-pogo. Todo ésto sin perder la frescura del formato canción adolescente, por lo que de alguna manera develó el vínculo con Signos y el porqué de su recital juntos.

 

Hagan la prueba: habiendo escuchado previamente el trabajo discográfico de ambas bandas, la instancia del show en vivo aumentará en definición, conexión, sudor y potencia.

Para ver el álbum completo entrá a SIGNOS Y NOÚMENO EN BEATFLOW