Desde el partido de Ciudadela, Oeste del Gran Buenos Aires, anticipa lo que será su material discográfico debut. Además, brindó detalles de dos de sus canciones que formarán parte.
NOTA: AGUS ERQUIAGA
Ciudad de la Fe prepara su primer disco, luego de haber publicado dos de sus canciones. Desde 2011, haciendo música ska punk, la banda de Ciudadela comparte, en estos tiempos de pandemia, una buena noticia para sus fanáticos.
La novedad es que el material ya tiene fecha de estreno: el 4 de septiembre. Mientras tanto, continúa mostrando sus adelantos, Como Tvs , que salió con un videoclip donde hace una crítica sobre los comportamientos de la televisión argentina y El Ritmo de mi Rutina, que es la canción que le da el nombre al trabajo discográfico.
Nahuel “El Pulpo” García, cantante; Daniel Cingolani, guitarra y voz; Maxi “Barba” Farías, bajo; Santiago Mujica, teclado; Leonel Trincado, batería; Rodrigo “Rolo” Córdoba, percusión, y DJ Corne, bandeja, samplers y scrachs, son los integrantes y encargados de crear una mezcla perfecta entre ska punk, reggae y hip hop; además de escribir sus letras con críticas a la sociedad moderna.
En esta entrevista, Dale que sos Rock dialogó con dos de sus integrantes; Daniel Cingolani y Maxi Frías, quien describió al grupo como “una banda de amigos, nos conocemos desde los 10 años, y a pesar de que vayamos creciendo, tengamos pata de gallo, barbas e hijos, la esencia es la misma”.
–Su última canción fue Como Tvs y hace una crítica a la televisión, sobretodo argentina, ¿por qué decidieron tocar esa temática?
Maxi Farías: Porque es algo cotidiano. Vos te levantas, ¿y qué haces? Desayunás y prendés la tele, comés y prendés la tele. Estás trabajando o haciendo algo y prendés la tele. Es todo el tiempo una bajada de línea que, por lo menos a nosotros, nos hace pensar realmente lo que se consume; o lo que nos van mostrando: un canal te muestra una cosa, otro canal te muestra otra.
Daniel Cingolani: Nosotros no somos de ver mucha tele, porque nos dimos cuenta de todas estas cosas. Pero también tenemos en cuenta de que hay muchísima gente que educa a sus hijos en base a la televisión, en un acto repetitivo. Capaz por inercia, una familia promedio llega a su casa a las 10 de la noche y quiere desconectarse de todo el mundo y automáticamente prende la tele. Por ahí aparece Tinelli, y la familia está comiendo mirando Tinelli; si lo miras todos los días, de lunes a viernes, es como decía Mollo lo del acto repetitivo, las canciones de la radio las terminas tarareando. En este caso, con la televisión es más o menos lo mismo. Cuando educás a niños, en una edad donde absorben todo, con la información que vos ves en la televisión puede llegar a ser muy trágico, porque prácticamente terminan educándose con todo eso que ven.
MF: En nuestro video pusimos ejemplos de Tinelli cosificando a las bailarinas de su programa. Lo ves, y te parece eso bien. Pero después estás en la calle y ves a una madre amamantando, que es lo más normal del mundo, y es un problema; tu ética y moral dicen que está mal. Después llegas a tu casa, ponés Tinelli o ves a otro cosificando a una mujer, dándole un beso o haciendo cosas que… personalmente, hubo situaciones más subidas de tono. A mí también eso me hace ruido.
DC: Igualmente hay buenas cosas en la televisión. Nosotros en este disco tenemos mucha crítica hacia la tele, digamos, basura, que es la que predomina. Pero, por supuesto, somos consumidores de televisión. Quizá no lo que consume el ciudadano promedio, que es esto que muestra el videoclip. Pero hay canales muy buenos, programa muy educativos para los niños. Por ejemplo, Canal Encuentro. Es fenomenal, pero no divierte tanto. A nosotros capaz que nos encanta. Tenemos 30 años, y Canal Encuentro muestra historia, que nos encanta. Pero bueno, a la mayoría no le gusta. Y se normaliza un comportamiento que es nefasto. Además de que si sale en la tele está bien. Entonces los niños se crían y van al boliche, de grandes, y se quieren ganar a todas las minas. O te encontrás a Santiago del Moro que un día te dice una cosa y otro día te dice otra. Bueno, la ley de medios no prosperó, pero lo que pudo realizar es esto de visualizar a quién representa también cada institución de la televisión, los intereses que hay detrás. Eso antes no pasaba, veías la tele y decías que era pura y verdadera; y hoy con eso quizás se visualizó un poco más de dónde viene cuando vos escuchas un mensaje.
-Nombraste al “ciudadano promedio”, y su canción El Ritmo de mi Rutina hace notar lo que es la rutina de un argentino promedio, ¿qué quisieron mostrar con ese tema?
DC: El hartazgo que tenemos los que vamos a trabajar de algo que no nos gusta. Nuestro sueño es hacer música y ojalá el día de mañana podamos estar viviendo de eso. El Barba se tiró para el lado de su pasión, se la jugó, y ahora está con los tatuajes porque le gusta mucho dibujar y el arte. No todos los integrantes tuvimos esa suerte; por ejemplo, con el Pulpo, que somos los cantantes, somos motoqueros y laburamos hace 10 años en la Capital con algo tan lindo como es la moto; y parte de la canción explica un poco como algo que nos encanta se termina convirtiendo en un oficio y cómo lo transforma en algo que no lo querés ver más.
MF: Es una realidad que nos marca a todos. Es algo que no te gusta, pero lo tenés que hacer porque sino no comes.
DC: Tener que soportar al jefe, y un montón de cosas que tiene el mundo laboral que no nos gusta, lo absorbés y, en algún momento, explota. Poder mandar todo a la mierda y poder desconectarse con tus amigos y desahogarse de todo lo que tenemos: amor, odio, y de las cosas que vamos a aguantando todos los días.
–¿Las otras canciones pertenecientes al primer disco tratan, también, problemáticas sociales?
DC: Nos agarró un momento compositivo atacando mucho a la violencia institucional, hacemos mucho hincapié en ese sentido. La mayoría de las canciones van por ese lado, de un modo de protesta, de visualizar ciertas problemáticas. Hay un montón de canciones de amor, también, que el Pulpo a la hora de escribir tiene más talento y puede contarlo un poco mejor; yo soy más confrontativo. Pero hay material. Lo que predomina es una lírica de reclamo hacia violencia institucional, proclamando los derechos humanos.
–“El Ritmo de mi Rutina”, además, es el nombre de su primer disco, ¿se sabe cuándo va a salir y dónde va a estar disponible?
DC: Sí, estamos trabajando en la idea de la tapa. La verdad es que con el Barba nos matamos a mensajes porque él fue uno de los que craneó la idea. La pandemia nos atrasó un poco todo desde el punto de vista del arte de ésta y la mezcla final del disco. Lo íbamos a presentar en julio, y la cuarentena desde marzo nos atrasó casi dos o tres meses.
MF: El año pasado estuvimos todo el año trabajando en los ocho temas que grabamos. Nos metimos en la sala y trabajamos para irnos a grabar. Más o menos para diciembre, un par de temas los teníamos listos, faltaban detalles. El material estaba.
DC: Va a salir el 4 de septiembre en todas las plataformas digitales. La mezcla de la música final del disco en audio está hecha. Nos quedaba poder plasmar bien la idea que tenía el Barba a la hora de la tapa, que también fuimos ayudados por la diseñadora gráfica Gabriela Vega que yo, pobre, la volví loca. Un día le fui con una idea, después con otra; decir que me quiere muchísimo porque la volví loca. Y los vuelvo locos a los pibes diciendo “Esto va así”, “No, va asá”.
–¿Cuál es la idea de tapa que tienen?
MF: La televisión. Plasmar que la televisión te esté buscando, esté señalando. Como el cartel estadounidense del Tío Sam que dice “Te estoy buscando a vos”, quisimos hacer lo mismo. Ponerle un trajecito con una corbata, y una cabeza de televisor que represente lo que nos marca, El Ritmo de mi Rutina.
DC: Creemos que la televisión marca mucho el ritmo de la rutina de las personas; por lo menos, nosotros que vivimos en Ciudadela, en este cordón principal que da hacia Capital Federal, al estar en zona muy céntrica, creemos que la televisión es un participante en la familia.
–Su estilo es sobretodo ska punk, pero también se abren al reggae y al hip hop, ¿por qué eligieron esos ritmos para que los representen?
MF: Porque quisimos abrir un abanico de géneros en la que tenemos como base el ska punk, pero a pesar de eso le gusta el reggae y hip hop. Por suerte, tenemos al Pulpo que con el reggae y el hip hop se lleva bastante bien; no sólo a la hora de escribir, sino que también tiene una voz más acorde a los estilos. Acá, mi amigo Dani es el encargado de cantar todas las canciones ska punk por la voz que él tiene. Tratamos de equilibrar un poco eso. Adaptar las voces de cada uno a los estilos que hacemos.
–¿Tienen planificado para el futuro un segundo disco o concierto?
DC: Sí, la idea era presentar el primero en julio. Habíamos firmado derechos a la hora de los shows y la distribución con una productora muy grande de acá del oeste, habíamos pautado la fecha de lanzamiento, la presentación y una gira. Esto nos mató, pero por supuesto planeamos una larga vida para Ciudad de la Fe, con muchos discos y presentaciones. Hoy con el streaming, como muchas bandas grandes están haciendo, a nosotros se nos dificulta un montón, porque no tenemos los artefactos adecuados para transmitir desde nuestras casas en vivo y en directo, como placas de sonido o micrófonos. Vamos a tener que esperar, estar acá, haciendo entrevistas con los medios mostrando nuestra música, haciendo videoclip desde casa con dibujos o como podamos mostrar nuestra creatividad en tiempos de pandemia. Pensamos una larga vida para la banda, esperamos que se levante y hagamos esta gira que tenemos pautada y la presentación del disco que estaba planeado desde marzo de este año.
MF: Son siete años desde que arrancamos con la banda, todavía somos under y estamos creciendo. Así que nos arreglamos como podemos con las herramientas que tenemos al alcance. Un segundo disco sí va a haber; en lo personal, estoy pensando ciertas canciones y música para poder jugar después, y abrir un poco más el abanico. Lo bueno de este segundo disco es que vamos a jugar con otros elementos y eso va a estar bueno. Vamos a seguir con temas de reggae y todo, pero está bueno para experimentar y demostrar que somos capaces; a la hora de hacer música estamos a la altura.
–Entonces, durante la pandemia, pudieron seguir escribiendo canciones…
DC: La pandemia tiene eso que decía el Barba recién: como no podemos juntarnos a plasmar música que teníamos encaminada, lo que nos hace es que cada uno en su casa pueda sentarse a componer a encontrarse con su instrumento, a encontrarse con su cabeza, con su corazón a la hora de plasmar música. Nos da una ventaja, en ese sentido, al artista. Ojo que también es complicado, porque ahora está todo un poco más normalizado, en el aspecto de poder salir de tu casa porque todos los chicos de la banda estamos yendo a trabajar. Pero el principio de la pandemia fue complicado porque a mí me pasó que tuve un bloqueo artístico zarpado, como que quería y dije “la pandemia es el momento justo para escribir y producir canciones”. Y la verdad, no estaba con la energía para poder hacerlo. Con el paso del tiempo sí, todos pudimos adaptarnos y volver a la normalidad en ese punto psicológico.
MF: Fue un golpe muy fuerte. De un momento para otro fue “no podes salir de tu casa y si salís es lo mínimo”. Es chocante.