Desde el Sur del Gran Buenos Aires, presenta su último disco, llamado Vasos Comunicantes. El artista también brindó detalles sobre su gira realizada en Ecuador, días antes del establecimiento de la cuarentena.

NOTA: MELANIE RODRÍGUEZ


Germán Coppola, cantautor oriundo de Avellaneda, se define a sí mismo como un músico independiente y autogestivo, inquieto y con ganas de indagar en nuevos estilos. Sostiene la importancia, los beneficios y la necesidad de crear redes de apoyo entre músicos y músicas, y otros artistas independientes.

Durante este 2020, presentó su más reciente material discográfico, “Vasos comunicantes”, y lo acompañó con una gira de presentación por Ecuador.  En esta charla nos cuenta cómo está atravesando la cuarentena y cuales son sus proyectos para el futuro.

¿Cómo describirías tu nuevo disco en relación a los que grabaste anteriormente?

Este disco, que se llama Vasos comunicantes, lo plantee como un disco conceptual donde hay varias historias en paralelo que, a priori, no tienen una conexión pero que, de alguna manera, lo que sucede en una, involucra o modifica a la otra. Lo grabé en conjunto con Sofía Dellafiore, una guitarrista y cantante, que participó de todo el disco, grabando guitarras y poniendo su voz también. Lo hicimos terminando el 2019 y la experiencia estuvo buenisima: son tres canciones, cada una tiene un carácter distinto y la instrumentación propia de cada canción también varía. Hay una canción que es trabajada a partir de un arreglo de cuerdas y vientos, otra es simple a dos guitarras y la otra es toda una programación con sintetizadores. Entonces, si bien parecen muy distintas, como te decía, hay una conexión entre todas las canciones y además vienen acompañadas de un material audiovisual donde se termina de complementar y de darle la vuelta a esta cuestión de vasos comunicantes, que son tres elementos que no se tocan pero que de alguna manera se vinculan.

¿Qué es lo más importante para vos al momento de grabar un material nuevo?

Siempre a la hora de encarar un material nuevo trato de contextualizar y darle un marco. En general, me gusta situarlo y darle un contexto: ¿para qué? ¿qué forma van a tener estas canciones? ¿qué sonoridad buscar?, si va a venir acompañada de un material audiovisual o no. Trato de hacerme todas esas preguntas en base a lo que me imagino que después puede cobrar forma. Igualmente de lo que uno se imagina hasta el resultado final obviamente van surgiendo un montón de modificaciones que son bienvenidas, pero fundamentalmente los disparadores siempre son las canciones, las composiciones. En base a eso empiezo a tejer y armar el resto de las cosas, me gusta mucho esto de los conceptos y trabajar en el marco de esa cuestión.

¿Te considerás un artista inquieto en cuanto a los estilos de tu obra?

Mi formación tiene mucho que ver. Empecé a estudiar piano de chico y después entré a la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA) y egresé en dos carreras: tango y folklore, entonces entré en esos mundos en la etapa de formación. Son dos géneros que me encantan, quizás no los escuché desde siempre, pero a medida que fui creciendo y conociendo nuevas músicas, se fueron sumando a la música de todos los días. En mi casa se escuchaba rock:  Queen, los Beatles, Pink Floyd, Charly García, Spinetta, Fito Páez, los próceres del rock argentino. De alguna manera toda esa música te va quedando y lo que a mi siempre me gustó fue la diversidad musical, tratar de tomar las cosas que más me llaman la atención de cada estilo y poder darles un rumbo a través de mis canciones y de las composiciones que hago. El año pasado grabé un disco de folklore pero en formato orquestal, entonces siempre trato de encontrar otra manera de hacer folklore en ese caso, o tango, o rock. Me gusta buscarle la vuelta para que no sea más de lo mismo porque sino me aburro, si me quedo tocando siempre lo mismo no me termina de motivar la música, entonces sí, siempre estoy buscando cosas nuevas para hacer o material nuevo para escuchar y poder después transformarlo en algo propio.

¿Cuáles dirías que son tus influencias? ¿Con qué artistas te identificas?

Que pregunta… Artistas que siempre están cerca son Spinetta, que me gusta mucho, Charly también. Me gusta mucho Drexler, que tiene mucha búsqueda. Todos estos son músicos que todo el tiempo fueron buscando cosas nuevas, pero también, hoy en día, me siento a escuchar a Wos, que me encanta y no tiene nada que ver con lo anterior, es algo nuevo, entonces es difícil. A mi siempre me gustó  la canción, más allá del formato, sea un tango, un rock and roll, una canción con solo una guitarra, o trapeada, ¿no? No sé si lo que yo hago se acerca más a uno o a otro, pero sí soy super influenciado por ellos, esa música siempre estuvo presente y obviamente la poesía del tango y del folklore, donde ha habido grandes poetas, también me inspira porque, además, te muestra otra manera de escribir y describir las cosas. Entonces un poco de todo, diría, porque me es muy difícil elegir a uno.

¿Te consideras un artista independiente? ¿Cuales son, para vos, los pro y las contra de trabajar por tu cuenta?

Sí, totalmente independiente. A la hora de llevar a cabo un proyecto hay un montón de cuestiones del quehacer que se vuelven difíciles: a la hora de sacar un disco tengo que grabar las cosas, mezclarlas, editarlas, masterizarlas y tuve que aprender a hacerlo porque la cuestión económica siempre se hace cuesta arriba, entonces todo lo que uno quiere hacer y las ideas que quiere llevar a cabo necesitan producción y dinero, entonces al momento de grabar algo o querer sacar un disco o un video terminas siendo vos tu propio editor, tu propio ingeniero en mezcla y tenés que hacer absolutamente todo o hacerlo en colaboración con otros artistas independientes,  dándose una mano. Para Vasos comunicantes, la idea era que cada video lo haga un director o una directora independiente, que le de su propia mirada, entonces se teje una red entre artistas, que creo que es lo que nos termina de ayudar a todos. Lo mismo pasa con los músicos y músicas que colaboraron en el disco, si uno realmente tiene que pagar por todo se hace difícil, pero la satisfacción es doble porque uno termina haciendo lo que realmente quiere o imaginó, sin ninguna limitación más que lo que uno desea hacer, así que son cosas que se vuelve complicadas pero a la vez está buenísimo porque te impulsa a introducirte en un montón de cosas nuevas.

Vasos comunicantes es tu quinto disco,  ¿qué diferencias notas en relación a tu primer trabajo?

Mi primer disco es De raíz y, si bien los temas eran casi todos míos, lo sacamos con la banda que se llamaba igual que el disco. Desde ese momento hasta acá pasaron un montón de cosas en el medio, muchas experiencias. Esa fue la primera vez que entré a un estudio de grabación con todo lo que lleva: la mezcla, sacar el disco y después registrar las cosas y demás, y en todo ese recorrido fui aprendiendo a hacer y a tomarme las cosas distinto, quizás hoy planifico mucho más y me pregunto qué voy a hacer y porque. Realmente creo que, al estar abierto a cosas nuevas, siempre estoy aprendiendo algo, por ejemplo: Vasos comunicantes, que lo hicimos con Sofía, tomé toda su música, porque también tiene sus propios proyectos, que vienen del rock progresivo, entonces tomé la musicalidad que ella traía. Realmente, sí, puedo decir que estoy donde quiero estar, por suerte elijo siempre los lugares a los que pertenezco, pero bueno, uno siempre es ambicioso en el buen sentido, de querer generar más, buscar cosas nuevas y querer seguir en este camino.

Sabemos que acabas de realizar una gira por Ecuador, ¿cómo fue esa experiencia?

Si, justo fue antes que suceda todo esto del coronavirus, fuimos con Sofía a presentar el disco. Tengo un amigo ecuatoriano y yo había estado tocando en Ecuador hace cuatro o cinco años y fue él quien me ayudó a armar toda la gira, lo que te decía de armar redes entre músicos independientes y amigos trae estas cosas que son impagables
Fue una experiencia hermosa, tocamos un montón, a la gente le gustó mucho la música que hacemos. Cerramos la gira tocando en el Teatro de la Casa de la Cultura de Cuenca, una de las ciudades más importantes de Ecuador después de Quito y Guayaquil. La verdad estuvo buenisimo, estuvimos un mes tocando todos los fines de semana, hicimos bastante prensa también allá, así que estuvo buenísimo y fue justo antes de que pase esto porque volvimos y explotó lo del virus, así que tuvimos suerte  de que no nos agarre allá porque sino estaríamos varados. 

¿En qué momento te agarra la cuarentena? 

Me agarró en un momento que venía con una inercia de tocar un montón y tuve que frenar abruptamente. Tenía planeado otras cosas, así que hubo que amoldarse a la nueva realidad y plantearse el año distinto. Pienso que es un año para sembrar y trabajar internamente: me lo plantee así y empecé a componer algunas cosas, a escribir arreglos para un proyecto que tenía para este año pero que voy a sacar el año que viene y todo ese trabajo que se puede hacer desde casa. Por otro lado, también estoy colaborando y haciendo canciones a dúo o como invitado con otros artistas, de tango o canciones propias de otros músicos y músicas, y cada tanto participando, cuando coordinamos o cuando me invitan de algún encuentro, haciendo vivos por facebook e instagram, y como docente de música, siguiendo las clases de manera online con los alumnos y las alumnas, tratando de mantenernos en movimiento a pesar de esta quietud. 

¿Estás trabajando en algún proyecto para el futuro?

 Ahora estoy planificando en concreto lo que va a ser un nuevo proyecto de canciones pero totalmente distintas a lo que venía haciendo, serán un poco más oscuras, más acorde a los tiempos que vivimos, donde prioriza el caos o la confusión, entonces me encuentro componiendo y produciendo musicalmente esas nuevas canciones, propias pero en formato orquestal, y que serán el producto de esta situación pandémica que estamos viviendo, así que aprovecho el tiempo trabajando mucho en lo musical.