DLGP LANZÓ SU NUEVO TRABAJO DISCOGRÁFICO EN EL MARCO DE UN SHOW LLENO DE LUCES. EL MATERIAL FUE MUY BIEN RECIBIDO POR LOS PRESENTES. (PH: CARLA RUFFOLO)

Cada color es una emoción y eso se vio representado en lo que fue la presentación del nuevo disco de De La Gran Piñata: El Principio Todo. La banda de Panter, Lucas, Nico y Ale innovó con un espectacular juego de luces que maravilló no sólo a los espectadores, sino que también a las fotógrafas y a los  fotógrafos presentes que cubrieron este renacer.

Las sensaciones a flor de piel dijeron presente desde que comenzó a sonar Arché que abrió las puertas hacia un mundo nuevo, un mundo muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados el grupo que el año que viene celebrará su cumpleaños de 15. Esa bienvenida a esta especie de Origen se consolidó con las interpretaciones de Mis Cicatrices, A veces Veneno y Días de sol.

Con A veces Veneno, De La Gran Piñata  recalcó que la puesta en escena del recital excedió lo estrictamente musical. En el preciso momento en el que el vocalista cantó la estrofa “¿Ponerle cara a mis pecados con un lindo lío azul, un hermoso lío azul?”, el Teatro Flores se iluminó de azul, un tono que dejó maravillados a todos.

Otro ejemplo de esta innovación se materializó cuando tocaron Ella es, donde el violeta y el verde coparon el escenario, dos  colores que representan a la mujer. También en Residuos, las luces se convirtieron en rayos que descendían hacia ese hermoso pogo que se produce cada vez que tocan un tema bien power. Tampoco hay que soslayar cuando Pantera tomó la guitarra acústica en Traslaniebla, donde se oscureció todo, menos él ya que quedó alumbrado, envuelto en una especie de cosmos.

DLGP: EL PRINCIPIO DE TODO EN FLORES

Un aplauso se merece la persona que se encargó de las proyecciones de las pantallas, las que representaron las características de El Principio de Todo. El factor visual  fue el sello distintivo de la noche.

Sensaciones

Lanzar un disco, y más si ese disco se llama El Principio de Todo, es un nuevo comienzo y eso lo dejó en claro la banda. Un giro de 180 grados sin perder la esencia, una revolución interna que alcanzó al público que recibió de muy buena forma las flamantes canciones que desembocaron en lágrimas en algunos casos, como en Buen Viaje,  y en donde brindó sonrisas en otros, como en Simple.

Para un cronista es complicado describir en palabras sensaciones que se observaron en la noche, tanto arriba como debajo del escenario. Había mucha piel, mucha conexión entre los músicos, entre los músicos y el público, y entre los integrantes del público. Aunque también cabe destacar que algunos fans se tiene que acostumbrar a que los artistas cuentan con la necesidad de cambiar, de patear el tablero, de crear un nuevo universo y eso es valorable. Llevará un tiempo, pero lo entenderán. Además, tomaron temas anteriores, los desarmaron y los volvieron armar, tal como lo mencionó Pantera en una entrevista brindada a esta medio.

No se cansaron de agradecer, los cuatro siempre interactuaron con el público y no se olvidaron de las personas que intervinieron en la creación de esta placa, que, como bien se mencionó arriba, representó un bing bang musical.

Para el final, dejaron justamente, Final, que una vez concluido se transformó en un fuerte abrazo entre los músicos de De La Gran Piñata. No es para menos, transmutaron ansiedad por alegría.

De La Gran Piñata es una clara muestra de innovación, de que el artista siempre tiene que buscar nuevos horizontes, nuevas miradas, nuevos sueños, nuevos amores,  remarcó que está muy lejos de la zona de confort de los mediocres. De La Gran Piñata sabe muy bien lo que quiere, sabe que vino a este mundo para darlo vuelta con su música.